El conjunto de San Luis de Quillota llegaba a su cotejo ante San Marcos de Arica como visita obligados a ganar, sobre todo luego de los malos resultados de las últimas fechas que los han acercado peligrosamente a los últimos lugares, añadido todo esto a los problemas extradeportivos de Manuel Neira. Pero el plantel dirigido por Luis Rodrígiuez parecía superar todos estos inconvenientes, aunque una vez más los minutos finales fueron la perdición de los canarios que tuvieron que regresar a la ciudad con una nueva derrota en su campaña.
Para esta ocasión, el entrenador de los quillotanos determinó realizar una serie de cambios para buscar un buen resultado, entre los cuales destacó el debut del joven lateral Daniel Vicencio, además del regreso entre los titulares de Richard Leyton, Federico Paulucci, Sebastián Varas y Mario Pierani, reiterando la confianza a otros elementos como Eduardo Sepúlveda y Pablo Bolados. De esta forma, los once amarillos que ingresron al campo de juego fueron Richard Leyton en la portería, Daniel Vicencio, Federico Paulucci, Francisco Tapia, Alejandro Escalona en la zona de zagueros; para el mediocampo estuvieron Eduardo Sepúlveda, Sebastián Varas, Ángel Rojas y Eduardo Otárola; para dejar en la ofensiva a la dupla de Mario Pierani acompañado por Gerson Martínez.
Los primeros minutos fueron con unos ariqueños que buscaban consolidarse ante su público, pero los forasteros de San Luis no se aminoraban y jugaban de igual a igual durante la primera parte, lo que terminó generando un encuentro muy entretenido con emociones en las dos porterías, aunque los dueños de casa tenían mayor claridad y poco a poco iban convirtiendo a Leyton en la figura de los quillotanos evitando la apertura del marcador, mientras que Pierani junto a Martínez estuvieron cerca de vencer la resistencia del portero Pedro Carrizo.
Cuando se creía que la primera parte concluiría en igualdad sin tantos, un error en la salida de Francisco Tapia le dejó la pelota al volante Francisco Piña, quien aprovecha su talento para habilitar con precisión a un Joel Estay que había estado desaparecido hasta el momento, pero demostró que a la hora de finiquitar no se equivoca y con un tiro potente decreta el uno a cero parcial, dejando sin opción al portero Richard Leyton de los canarios, los cuales debieron irse al descanso en desventaja de un gol.
Luego del descanso, las acciones siguieron de la misma forma con ambos conjuntos en busca del gol y un encuentro de ida y vuelta, donde no se tenía claro el ganador puesto que ambas ofensivas se generaban opciones de gol, aunque incapaces de concretar en el marcador, hasta que el juez Angelo Hermosilla comenzó a ser importante en el cotejo, primero sancionando un penal a favor de los quillotanos, tomando la responsabilidad de ejecutarlo el capitán Mario Pierani que no falló y decretó la igualdad parcial en el minuto 74, lo que hacía abrigarse la ilusión de poder regresar con un buen marcador.
No obstante aquello, luego empezaron a generarse los problemas primero cuando el técnico Angelo Hermosilla cobró un inexistente penal a favor de San Marcos, el que fue anulado finalmente por el cuarto árbitro Carlos Ortiz, generándose una serie de discusiones que exasperaron los ánimos (especialmente del técnico nortino Luis Marcoleta), pero que de todas formas se pudo continuar con el juego y en el minuto 92 llegó la alegría para los hinchas locales, cuando el delantero Fabián Muñoz que había ingresado en la segunda parte aprovechó una desinteligencia de la defensa visitante para rematar potentemente y anotar el dos a uno final.
Después de este tanto llegó lo más penoso de la noche, ya que la banca de San Marcos de Arica escondió el balón, ante lo cual el capitán de San Luis Mario Pierani fue en su búsqueda para reiniciar el juego, pero los dueños de casa reaccionaron de mala forma empujándolo sin mediar provocación, lo que obviamente llevó a los compañeros de los argentinos a defenderlo, armándose una batahola en que incluso algunos hinchas entraron al campo de juego para agredir a los canarios, los que después de calmarse la situación, debieron esperar en el campo de juego varios minutos para retirarse al camarín, mientras el juez sólo pudo abandonar el recinto alrededor de las 3 de la mañana.
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