Llegó a la ciudad desde Uruguay para convertirse en una figura histórica de los “canarios”, mientras que en los últimos años se dedicó a transmitir toda su experiencia a las nuevas generaciones.El despertar del viernes 12 de marzo fue triste para todos los hinchas de San Luis de Quillota, ello debido a que se confirmaba una triste noticia: murió el ex jugador de los “canarios” y profesor de la Academia Municipal de Fútbol de la Dirección de Deportes Uruguay Graffigna, quien tras una dura batalla en los últimos días, tal como en su época como profesional donde destacó por su garra y entrega, dejó de existir, pero su legado es mucho más que en el fútbol, ya que tras su retiro decidió permanecer en la comuna, y durante los últimos años tuvo la posibilidad de transmitir toda su experiencia a los futuros futbolistas, que día a día aprendían mucho más de él.
Uruguay Gustavo Graffigna Banhoffer fue un futbolista uruguayo que, originalmente, llegó a La Calera, pero en virtud que no podía ser parte del plantel calerano, se integró a San Luis de Quillota, institución en que tuvo una carrera excelente, llegando a ser un referente para compañeros e hinchas, logrando importantes logros, pero el principal triunfo para él fue ganarse el cariño de todos por su capacidad futbolística y liderazgo con el ejemplo, siendo el primero en trancar con la cabeza si fuera necesario, instalándolo para siempre entre los referentes de la institución, recibiendo aprecio cada vez que recorría la ciudad, dándose un tiempo para compartir con todos.
Además de San Luis, también defendió otros clubes, consiguiendo diversos títulos y siendo figura en ellos, por ejemplo, en Unión San Felipe, con quienes consiguió el título de Primera División, o también en Estados Unidos jugando por el equipo Aztecs, siendo uno de sus grandes recuerdos la camiseta que le regaló el Rey Pelé tras un partido gracias a su gran rendimiento; además de ser figura en Club PEC Zwolle de Holanda, consiguiendo uno de los ascensos, y de hecho hace pocos años fue homenajeado en un partido válido por Primera División, en el cual recibió el cariño de la hinchada, además de haber sido inmortalizado en el estadio donde hacen de local.
Una vez retirado del fútbol, decidió permanecer para siempre en Quillota, donde hizo su vida junto a su esposa e hijos, recorriendo las calles de la comuna cada día, dedicando un momento de atención a todas las personas que se acercaran a ellos, conversando y compartiendo sus historias. Luego de haber vivido la experiencia de ser técnico, en los últimos años dedicó su tiempo para trabajar en la Dirección de Deportes de la Municipalidad de Quillota como profesor de la Academia Municipal de Fútbol, primero en el Distrito de San Pedro junto a Pablo Ibacache, y luego en el Estadio Municipal Lucio Fariña, donde se desempeñó hasta sus últimos momentos.
En esta labor fue un verdadero modelo a seguir para los más pequeños, quienes aprendían día a día sobre sus experiencias en el fútbol, comentando anécdotas y aconsejándolos para poder alcanzar sus sueños en todos los ámbitos de su vida, sin dejar de transmitir sus conocimientos futbolísticos, lo que siempre fue agradecido tanto por los padres como los pequeños, quienes valoraron su entrega y buena disposición. Previo a lo que se vivió a nivel nacional y mundial por el Coronavirus, Uruguay Graffigna se sumó al equipo de profesores que trabajaban en el Estadio Municipal Lucio Fariña Fernández, donde nunca se ausentó y siempre estuvo dispuesto a enseñar.