La tarde del domingo 19 de abril, en el Estadio Municipal Lucio Fariña Fernández de Quillota, se disputó el partido de vuelta por el Torneo Regional de Clubes Campeones, oportunidad en que los únicos representantes de Quillota y actuales campeones regionales Juventud El Bajío no pudo concretar su tarea, ya que pese a ganar durante los noventa minutos a su similar de Trinidad de Limache, luego no pudieron derrotar a los limachinos desde el punto penal, acabando de esta manera con la ilusión del bicampeonato, teniendo ahora que concentrarse en el trabajo para volver a la competencia amateur más importante de la región.
En esta oportunidad los bajianos llegaban con la obligación de ganar para forzar la definición desde el punto penal, contando para ello con la aparición entre los titulares de Pablo Gil, aunque volvían a tener las ausencias de jugadores claves como Cristián Zamora y Francisco Alam. De esta manera, los titulares de Elías Hernández fueron Pedro Atenas, Vladimir Barrios, Carlos Astudillo, Raúl Silva, Felipe Olmedo, Pablo Bolados, Luis Zamora, Pablo Gil, Ivo Hernández, Juan Molina y Rolando Pizarro. En el segundo lapso ingresaron Simón Bernal y Roberto Herrera.
Las acciones comenzaron con un equipo de Juventud El Bajío con la necesidad de ganar para forzar la definición desde el punto penal, abusando por momentos del juego brusco y la desesperación por abrir la cuenta, mientras los limachinos apelaban a un juego ordenado y la confianza en sus defensores para alejar todo el riesgo, protagonizando un partido muy equilibrado donde los minutos avanzaban, provocando la urgencia de los quillotanos, los que se tranquilizaron en algo cuando apareció la figura de Pablo Bolados, el cual una vez más derrotaba al portero de los visitantes con un certero tiro libre que lo dejó sin reacción.
Los dueños de casa trataron de manejar el balón tras ponerse en ventaja, aunque la alegría no les duró mucho, ya que muy poco después Trinidad de Limache aprovechó un veloz contragolpe y Marcelo Bermúdez derrota al portero Atenas con un remate por elevación, decretando la paridad en el marcador con que se fueron a descanso, ante la presión de los quillotanos que no podían imponer sus condiciones, complicándose aún más sus oportunidades luego del segundo gol de los limachinos, en esta ocasión a través de Miguel Ríos que aprovechó un pase largo en profundidad, ganó con su velocidad y ante la salida del portero lo venció por elevación con un tiro suave.
Fue en esos momentos donde la eliminación estaba cada vez más cerca cuando apareció todo el amor propio y la garra que destaca a este equipo de Juventud El Bajío, cuyos jugadores se fueron con todo en pos del ataque liderados por el delantero Juan Molina y el capitán Luis Zamora, los artífices de haber podido dar vuelta el marcador, el primero al convertir el tanto del empate y después sufrir la falta penal que fue transformada en gol por el segundo a seis minutos del final del partido, forzando de esta manera los lanzamientos penales, ello pese a que en los últimos instantes los quillotanos sufrieron la lesión de su defensa central titular y la expulsión de Felipe Olmedo, pese a lo cual fueron capaces de aguantar el resultado a favor.
Tras el pitazo final llegó el momento de la definición desde el punto penal, momento en que la gran figura fue el portero quillotano de Trinidad de Limache Jonathan Piña, el que contuvo su remate a Ivo Hernández cuando su elenco ganaba cuatro a tres, dando de esta manera la gran opción de cerrar la clasificación a otro jugador con una amplia historia en Quillota como es Patricio Oyanedel, el cual no sintió la presión del momento y derrotó al portero Pedro Atenas, terminando de esta manera con la ilusión de los quillotanos que soñaban con un histórico bicampeonato.
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