El pasado domingo 22 de abril, en el Estadio Regional de Los Andes, el Club Juventud El Bajío de Quillota se jugaba el paso a las semifinales del Torneo Regional de Clubes Campeones, objetivo para el cual debían superar a su similar de Unión San Pedro, lo cual no pudieron hacer pese al enorme esfuerzo del equipo que con 10 jugadores lograron empatar un partido increíble para obligar la definición desde el punto penal, instancia en que los sanpedrinos fueron más precisos para así quedarse con la victoria.
Luego del empate tres a tres como locales, y sin poder contar una vez más con los expulsados Juan Molina y Roberto Zamorano, el cotejo no comenzó de la mejor manera para El Bajío que a los ocho minutos quedaba en desventaja, pero rápidamente Paul Pallacán lograba igualar a un tanto, marcador con el que se fueron al descanso. En el reinicio del juego los quillotanos se fueron con todo en pos del triunfo, pero dejaron espacios en defensa, lo que fue aprovechado por Unión San Pedro para convertir dos nuevos goles y tomar la delantera por tres a uno.
A los 34 minutos del complemento todo pareció complicarse mucho más a Juventud El Bajío con la expulsión del central Simón Loo por doble amarilla, pero este suceso no amilanó su ánimo y no se detuvieron en búsqueda de la clasificación, logrando el segundo descuento con un penal ejecutado por Luis Zamora, mientras que a dos minutos del final apareció Miguel Ríos para decretar el tres a tres que obligaba a definir por penales, pese a contar con opciones en los descuentos de quedarse con el triunfo y clasificación directa.
Con el empate tres a tres en el marcador tras el pitazo final, el paso a semifinales del Torneo Regional de Clubes Campeones Quinta Región se definiría desde el punto penal, instancia en que los jugadores de Unión San Pedro mostraron mayor serenidad y sangre fría a la hora de ejecutar sus lanzamientos, logrando de esta forma quedarse con la victoria, aunque el plantel de Juventud El Bajío regresa con la frente en alto por todo lo conseguido en base a la garra y amor propio de sus jugadores, quienes en todo momento contaron con el apoyo de una hinchada que estuvo presente siempre.
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