domingo, 8 de marzo de 2009

¿Quién dijo que los árbitros no ganan partidos?

En la previa todo se había programado para que el clásico entre San Luis y Santiago Wanderers fuera una verdadera fiesta deportiva donde ambos clubes mostraran lo mejor de sí, mostrando de esta manera las credenciales para ascender a la primera división. Una vez en la cancha sin embargo desde los 20 minutos del primer tiempo el gran protagonista fue el árbitro Cristián Basso, el que con sus decisiones terminó siendo la pieza clave en el triunfo final de la visita.

Pese a que se jugó en la ciudad de La Calera y gracias a los buenos resultados de este comienzo de año, muchos hinchas se acercaron hasta la vecina ciudad para ver en directo al equipo que dejó en evidencia las falencias de Coquimbo Unido hacía sólo unos días. Como era previsible, también una gran cantidad de porteños llegaron a ver el partido por lo que el ambiente antes del partido era muy lindo aunque como suele ocurrir la barra que más destacaba era la visitante.

Para este nuevo clásico de la región, el técnico Diego Osella decidió repetir el equipo que había ganado en Coquimbo, en parte por su buen rendimiento además que el lateral Alejandro Escalona no había alcanzado a recuperarse. De esta manera los once "canarios" que entraron al campo de juego fueron Luciano Palos, Guillermo Pacheco, Alexis Flores, Fidel Córdoba, Gonzalo Lovera, Mauricio Rojas, Carlos López, Juan Pablo Miño, Carlos Escudero, Fernando Alvez Machado, Mario Pierani. Destaca en este esquema lo defensivo que se vislumbra en el papel y la exclusión incluso del banco del delantero Felipe Arancibia.

Pese a que podría pensarse lo contrario, San Luis fue desde el primer minuto el dominador del juego, generando una serie de llegadas con peligro a la portería de Reyes después del aviso que a los 2 minutos dio Godoy con un cabezazo que pasó muy cerca del arco. Tras este susto para los quillotanos, todo se volvió amarillo y las mejores oportunidades fueron para los "canarios" pues a los 8 minutos un claro penal en contra de Pierani es cobrado por Basso como simulación y amonestándolo, dando inicio así al show del trío arbitral.

Luego de las discusiones típicas entre los jugadores con el juez por la falta no cobrada, Escudero tuvo una clara posibilidad de anotar pero una veloz reacción del portero de Wanderers se lo impidió, quien minutos después fue protagonista una vez más al detener un remate venenoso de Fernando Alves Machado.

Con esta jugada se acabó el partido como expresión de fútbol porque desde allí quien se quedó con todo el protagonismo fue el árbitro. Primero empezó por amonestar a cuatro jugadores de San Luis por jugadas que en casos similares en contra del rival no eran sancionadas de la misma forma. Pero lo peor llegó cuando iban cerca de 30 minutos, donde Pierani se iba sólo por el costado cuando Parra lo derribó. Podría ser una jugada más, pero la realidad indicó que ésto generó un conato de pelea entre los jugadores de ambos clubes, ante lo cual una vez que se tranquilizaron los ánimos, el juez asistente a instancias de la banca wanderina le dijo que debía expulsar a Juan Pablo Miño de San Luis.

Pero cuando ya todo se estaba terminando y se volvía al fútbol, fue el técnico de Wanderers Jorge Aravena el que hizo show al caer al piso después que un proyectil supuestamente lo golpeara en el pecho, intentando suspender el duelo, aún sabiendo que todo el estadio vio que el proyectil le cayó a dos metros de distancia, lo que dejó en claro que sólo actuaba y usaba mañas para intentar desconcentrar el duelo.

Desde ese instante San Luis se desorientó tratando de reorganizar el esquema por la expulsión del volante central (curiosamente en Antofagasta el mismo juez expulsó a otro volante de contención de manera injustificada), lo que de igual forma no fue aporovechado por los porteños que no se acercaron al arco de Palos, algo que sai hicieron los quillotanos con un potente remate de Flores que exigió a Reyes de Santiago Wanderers, quien pudo controlar el peligro.

Así se fueron al descanso y al reinicio del fútbol la visita ordenó el ingreso del volante creativo Roberto Luco para generar más peligro en el arco local aprovechando la ventaja de un hombre mas y en los primeros minutos esa diferencia se notó porque el control de la pelota fue de los porteños. De esta forma llegó el minuto 9 del segundo tiempo cuando una escapada de Joel Soto le permitió rematar potentemente al arco de Palos, quien nada pudo hacer pero el vertical lo rebotó al campo de juego una vez más y en dudosa posición apareció Cristián Alfaro para adelantarse a Alexis Flores y decretar el 1 a 0 que fue definitivo.

Al verse en desventaja en el marcador, el técnico Diego Osella no lo dudó y pese a estar con un hombre menos en el campo ordenó la salida de uno de los volantes de contención como lo era el capitán Mauricio Rojas para el ingreso de Gerson Martínez, dejando en claro que la intención era igualar, pero más allá del deseo y del control de balón que se mostró, la realidad fue que la única llegada con peligro fue otro remate del central Alexis Flores.

Aunque cabe mencionar que durante todo el segundo tiempo nuevamente Wanderers contó con la colaboración de los jueces quienes primero no vieron una mano clara en el área de Wanderers que era un penal para San Luis que podría haber significado la igualdad, además de permitirle a los porteños realizar todo el tiempo que desearan sin llamarles la atención para que los minutos avanzaran y así dar por definitivo el triunfo de los wanderinos que tienen muchos nombres, pero que como equipo no mostraron un gran juego pero que contaron con la ayuda de un árbitro que cargó su mano en contra de los locales, lo que terminó por desesperar a los jugadores e hinchas que estaban presentes en el estadio